Since 1999, I have worked on transitional justice in Brazil, where I’ve had the opportunity to initiate the search for the human remains of disappeared politicians and the opening of secret archives, as well as the installation of memorial sites. Above all, I started the defense of the thesis that crimes against humanity took place during the military dictatorship and, as such, the State must investigate them and prosecute the perpetrators. Little by little, I took part in other activities related to the prevention and fight against grave violations of human rights, working at the Office of the National Ombudsman, which, in Brazil, is a body within the Office of the Prosecutor General.
Everything related to education, but not formal education. It’s indispensable to develop strategies through which educational processes develop citizens, and not only teach them technical skills. A society committed to human rights is one in which every member, of the different social and political spheres, respects human rights and – through their activities – promotes the essential values of human coexistence. It is not possible for more than 60 years to have passed since the Holocaust and for democracies to have not been capable of consolidating non-discrimination and respect for differences as a governing principle in society. To me this is a failure of formal education.
First, that they know about the past and about why genocides have taken place. Second, and most importantly, I would advise them to approach the populations that are the most susceptible to suffering mass atrocities. It’s essential that they listen to these populations and keep their door open to them.
The Network has created the opportunity for learning through the experiences of other countries. Promoting cooperation and exchange is its strength and I am proud to belong to this group. I believe the Network has many possibilities for strengthening prevention in the region, especially through more multilateral cooperation.
I am inspired by the promotion of the rights of populations that are isolated from the development that the economic system provides. That is to say: working in favor of those that are at the margins of our society, especially minorities who are discriminated against.
Desde 1999 trabajo en el tema de justicia transicional en Brasil, donde he tenido la posibilidad de impulsar actividades de búsqueda de restos mortales de desaparecidos políticos, abertura de fondos de archivos secretos, instauración de sitios de memoria y, sobretodo, he empezado la defensa de la tesis de que hubo crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar y, que por lo tanto, el Estado tiene que promover la investigación y prosecución de los mismos. Poco a poco fui tomando parte en otras iniciativas de la Procuraduría Federal de los Derechos del Ciudadano – oficina que desempeña las funciones de ombudsman o defensores del pueblo en Brasil, la cual es un órgano de la Fiscalía Federal – relacionada con la prevención y la lucha a graves violaciones de derechos humanos.
Todas que se relacionen con la educación. Pero no una educación formal. Es indispensable desarrollar estrategias para que los procesos educativos generen ciudadanos, y no solo técnicos. Una sociedad comprometida con los derechos humanos es aquella en la que todos, en distintos campos de la vida social y profesional, respetan los derechos humanos y – en la medida de sus actividades – promueven los valores esenciales de la convivencia humana. No es posible que pasados más de 60 años desde el holocausto las democracias no hayan sido capaces de consolidar la no discriminación y el respecto a la diferencia como un principio rector de la vida en sociedad. A mí me parece que es un fracaso de la educación formal.
Primero, que conozca el pasado y por qué hubo genocidios. Después, pero todavía más importante, que este se acerque a las poblaciones más susceptibles de sufrir atrocidades masivas. Que las escuche. Y mantenga las puertas abiertas para ellas.
La Red ha creado la oportunidad de aprendizaje por medio de las experiencias de otros países. Y hacer cooperación e intercambios es su fortaleza. Y me siento orgulloso de hacer parte de ese grupo. Yo pienso que la Red tiene muchas posibilidades de fortalecer la prevención en la región especialmente con más cooperaciones multilaterales.
Me inspira trabajar para la promoción de los derechos de las poblaciones más alejadas de los beneficios que el sistema económico proporciona. Es decir, actuar para la defensa de los derechos de los marginados, especialmente las minorías más discriminadas.